lunes, 16 de agosto de 2010

¡NON SERVIAM!: EL TEMOR DE LOS ANGELES POR EL NUEVO DON

(Nuevo artículo de Ciencia-Ficción extraído y con base en los textos expuestos por Ventus).

Así como nadie intentaría, con la intención de paralizarla, detener a mano desnuda los gruesos engranajes internos de una grúa, del mismo modo ningún ser de raza mortal podría pretender vivir más allá de lo que para una vida humana ha sido determinado. No obstante, y al mismo tiempo, y tal como la tenue fuerza de la mano de un pequeño niño es suficiente para pulsar el “botón” que detiene el avance de dicha pesada maquinaria, así también existen leyes más tenues que pueden detener el envejecimiento de un humano que ha sido obtenido por hibridación a partir de una base Kosbolense o Aldebarán.

Y aunque, como se describía en artículos anteriores, los Kosbolenses habían descubierto el “Jugo de Soma o Ambrosía”, basado en Oro y Diamante, para proveerse de una prolongada Vida sobre la Tierra, el mecanismo basado en nanobots para reparar y detener el progresivo deterioro o envejecimiento celular corresponde a una dinámica antinatural que, en definitiva, actúa como una droga al punto de requerir, sus consumidores, dosis cada vez más elevadas y suministradas cada vez con mayor frecuencia. Con razón sus representantes más longevos padecen de graves trastornos de la conciencia, al punto de atacarles la locura y resultar, por ello, inservibles para participar en funciones de liderazgo u ocupar cargos administrativos. Ello les ha repercutido en que, pese a los milenos que llevan sobre la Tierra, el progreso científico y tecnológico de los vástagos Kosbolenses (aunque avanzado en verdad si se lo compara al de la Humanidad) no es demasiado superior al que poseían en los tiempos que accedieron a estas regiones del espacio, cuando colonizaron Arda.

Los Aldebaranes en cambio, con edades medias que fluctúan entre los 540 y los 820 años ardianos, hasta hace muy poco no temían a la muerte, considerada por ellos como un “Dulce Descanso”. Sólo los Sacerdotes-Guerreros, seres provenientes de los Aldebaranes que junto a los Monjes de la “Fraternidad de la Rosa y de la Cruz” han logrado cierto control de aquellas leyes que rigen el mundo de las Obras Exteriores más Tenues y de Supremo Grado de Perfección, entre todas las criaturas, son los únicos que puede prolongar, de modo natural, y a voluntad, la vida de ellos sobre la Tierra. En efecto, dados los altos intereses y las misiones que a ellos les ha sido encomendado, una vida humana no es suficiente para cumplir su cometido, de modo que, desde niveles mas densos logran “asir” algunas de las leyes más cruciales que rigen la Obra Exterior mas Tenue de la Creación: el Mundo de los Ángeles. Los Ángeles son los efectos más nobles de la Creación, más, contrariamente a lo que se ha enseñado, no fueron creados como independientes de la Hechura del Mundo sino que forman parte del Universo, quedando al servicio de las cosas corpóreas, tanto de las inferiores (mundo mineral, vegetal y animal) como al servicio de las razas humanas hermanas, estas últimas que participan tanto de su naturaleza espiritual como de los cuerpos físicos.

Alejandro preguntó, durante la tertulia, a sus interlocutores:
- ¿Qué poseyeron en común los personajes Tommaso D’Aquino, Arthur Machen, Karl von Eckarthausen y Nicolás Tesla?
Luego de más de un minuto de reflexión y de consultarnos unos con otros, contestamos casi al unísono:
- ¡No lo sabemos! Dinos tú la respuesta
- Los cuatro, así como muchos otros investigadores del pasado, por medio de sus diversas profesiones y actividades intentaron escudriñar en la búsqueda del Conocimiento Oculto, que revela la verdad que subyace tras el Bien y el Mal, que más allá de ser un simple concepto utilizado por las religiones y credos, revela un Don que les es propio a sólo dos razas: a la que pertenecen la Orden Monástica y a aquellos que resultaron de una hibridación entre su raza y la humana.
- ¿Quieres decir que sólo ellos poseen la capacidad de conocer el sentido profundo que se sumerge bajo el océano del Bien y el Mal? – pregunté
- Todas las razas pueden acceder al concepto de lo que es el Bien y el Mal, pero no todas ellas pueden manejar dicho misterio. Quien logra manejar la verdad sobre el Bien y el Mal, es capaz de manjar la verdadera magia, que es el Nuevo Don.
- ¿Y cuál es este Nuevo Don? – intervino otro del grupo.
- La Libertad –contestó Alejandro.- Pero no se trata de la Libertad que entienden los ateos, o los agnósticos, como tampoco se trata del concepto de libertad que declaran los cristianos y creyentes, en general. Es la capacidad perdida de trabajar simultáneamente con la materia y el espíritu, cancelando temporalmente ciertas leyes físicas para superponer otras superiores, entretejiendo con ellas otros conceptos netamente que conciernen al campo de lo espiritual. Cuando Tomás de Aquino escribió su famoso “Tratado de Los Ángeles”, él buscaba la forma de entender la “materialidad” de los ángeles comunes y otras huestes celestes. Y así como el reino mineral se rige por su propias leyes físico-químicas, y a la Presión y Temperatura se deben agregar otros conceptos asociados como electroafinidad y propiedades atómicas (en todo caso aún hoy mal interpretadas) también es análogo a las leyes por las cuales se rige el Mundo de los Ángeles. El Mundo del Espíritu, es decir el “entorno material” en el que se “mueven” los ángeles, y el Mundo Material, que es en el cual co-habita el ser humano y el resto de otras razas, son aparentemente imposibles de ser “emulsionados”, puesto que son, respectivamente, como Agua y Aceite.
- Más, las religiones nos impulsan a tender hacia el Mundo del Espíritu y aborrecer la materia y lo material, a detestar las riquezas como objetivo, y a vivir de la manera más humildemente posible – agregué en forma casi mecánica.
- Y en ello cometes un grave error.
- Más, los ateos y los agnósticos, así como otros seguidores de las posturas Materialistas, señalan que la Vida debe ser llenada con las sensaciones y los goces que la materia y las leyes físicas otorgan a nuestro cuerpo –agregó otro de los asistentes- alejándonos de todo concepto o sentido espiritual.
- Y en ello cometes también un grave error, si tu objetivo es el Conocimiento Oculto más allá del Bien y el Mal. Cuando la Tradición señala que los Ángeles fueron sometidos a una prueba, ideada por Dios, dándoles la opción de entretejer sus asuntos con el Mundo de la Materia, que aún no había sido creado, uno de aquellos espíritus vieron con envidia que el Verbo se Encarnase y se Hiciese Hombre.
- Pero, de acuerdo a la Tradición Judeo-Cristiana, el Verbo se encarnó con la única finalidad de Redimir al Hombre, pues este siguió la conducta sugerida por Luzbel, el Ángel de la Luz.
- Fuese que el Hombre buscase o no los “Árboles” prohibidos, el Verbo, de todos modos, se encarnaría, generando un problema similar al que se suscita respecto del “origen primero del Huevo o la Gallina”. Y dado que el Tiempo, tal cual como lo conocemos, es un concepto errado y arbitrario que hace que las mentes de todos los humanos confluyan en una idea sin estructura definida, también es errado el concepto que se tiene del Bien y del Mal, y por tanto, de la Libertad. La Tradición explica que a Luzbel se le habría mostrado, al Principio de Los Días, entre otras cosas, que el Verbo se haría Hombre, con lo cual se habría emitido el tradicional “Non Serviam!”, generado un rechazo de parte de dicho Espíritu en adorar a un “ser inferior material” sintiéndose alejado, desde entonces, del Plan Divino; pero al mismo tiempo se enseña que debido a que Luzbel, una vez “caído”, tentó al Hombre a “comer” de los “Árboles Prohibidos” el Verbo habría decidido encarnarse. En otras palabras, mientras que la primera sentencia señala que Luzbel se rebeló al tomar conocimiento que el Verbo se haría carne, en la segunda sentencia se advierte que el Verbo se encarnó precisamente porque el Ángel Caído tentó al Hombre. En otros escritos se agrega también la envidia que muestra Luzbel y sus ángeles seguidores al saber que un Nuevo Don “dormido” le había sido otorgado al Hombre: La Libertad. Pero esta Libertad no se trata sólo de la capacidad de poder elegir entre operar con decisiones que tienen que ver con el Mundo Material o bien con el Mundo Espiritual, sino que el Hombre y las Razas originarias de las cuales fue hibridado tienen la única y exclusiva capacidad de entrelazar o entretejer ambos mundos a su arbitrio, lo cual no es otra cosa que tener un dominio simultaneo sobre el Espíritu y sobre la Materia: el doble 4 ó el 8, para los hebreos cabalistas.
- Entonces –pregunté a Alejandro- ¿quieres decir con esto que, se equivocan tanto aquellos que predican que el Hombre debe seguir y propender sólo hacia el Mundo Espiritual como aquellos que, negando el Espíritu, predican una cultura o civilización hedonista y materialista?
- Así es, amigo – contestó satisfecho- La Materia y sus leyes buscan “adormecer” al Hombre haciendo que éste satisfaga sus deseos y peticiones con los goces de que la materia aporta y sus leyes asociadas. Y esta es la estrategia de ciertos Seres Espirituales, que sienten temor del el Hombre y sus razas madres, pues temen que finalmente les dominen. Por otra parte, quienes predican que el Ser Humano busque sólo el Mundo del Espíritu, no buscan otra cosa que transformarlo en un ser sin voluntad ni control sobre el Mundo que le rodea, logrando entes incapaces de pensar por sí mismos, y carentes, por tanto, de Libertad. En resumen, todas aquellas posturas que centren al Hombre en el Espíritu como en la Materia, excluyendo a su contraparte, tienen como objetivo evitar el Desarrollo del Ser Humano como tal, pues temen que, como en el pasado, logren y posean dominio sobre ambos mundos, en apariencia irreconciliables.
- ¿Y en qué consiste, entonces, el advenimiento del Nuevo Don? – preguntó Alberto
- Dadas las actuales condiciones, se expresará en cierto grupo de personas, que se espera suceda en algo menos de un tercio de la Población. Con ellos y la asistencia tanto de los Aldebaranes como de la Orden Monástica, serán expulsados de estas latitudes del Universo los Kosbolenses. Y así, todos ellos, ya sin el Oro y el Diamante suficiente como para elaborar su Soma o Ambrosía, en un muy breve y corto tiempo sus cuerpos sufrirán un acelerado desgaste, siguiendo su materia la suerte que eones atrás debió haber seguido.